Michelle pasaba muchos de sus fines de semana de infancia en casas abiertas porque sus padres eran curiosos sobre las casas de los vecinos. Lo que vio, sin embargo, fue que los espacios tenían significado, hacían que las personas se sintieran de cierta manera y afectaban las decisiones que tomaban. Aunque terminó tomando un pequeño desvío y practicando la abogacía durante casi una década -- convirtiéndose en una asesora de confianza para propietarios de pequeñas empresas y empresas de Fortune 500 por igual -- nunca dejó de ver belleza a su alrededor. Al final, Michelle se dio cuenta de que le encanta hacer que los lugares de las personas sean más que solo una casa; quiere ayudar a todos ustedes a sentirse en Casa, en un lugar que realmente refleje quiénes son y dónde quieren estar.