Lo que me impulsa a diseñar es el increíble proceso de transformación de un espacio dado y la capacidad de crear algo nuevo a partir de algo viejo.

Escuchar las necesidades de mi cliente. Aunque esto es más una necesidad que un secreto de diseño.

Mi proyecto favorito fue la renovación completa de un apartamento de 62 metros cuadrados (667 pies cuadrados) de la década de 1940 que mi esposo y yo compramos en la encantadora ciudad francesa de Grenoble. Antes de la renovación, el interior de este apartamento parecía deteriorado y oscuro debido a la excesiva subdivisión de las habitaciones. El objetivo principal de esta renovación era permitir la entrada de la mayor cantidad de luz natural posible, respetando la estructura y elementos originales de mediados de siglo del edificio para crear un espacio adecuado para la vida contemporánea. Esto se logró eliminando las paredes que separaban la cocina/comedor, la sala de estar y el dormitorio de invitados, creando esencialmente un gran espacio abierto que permite que la luz natural pase desde cada extremo del apartamento. Aunque cada espacio individual ahora tenía su propia función específica, la apertura permitía una relación más fluida entre estos espacios.